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¿Qué queremos las mamás y papás mexiquenses del Gobierno entrante?

Queremos que la próxima Gobernadora del Estado de México garantice todos y cada uno de los derechos de nuestras hijas e hijos.

Hola, me llamo Samara, trabajo y soy mamá de 2 niñas en primera infancia que nacieron y viven en el Estado de México.

Cuando mi primera hija nació decidí hacer una pausa laboral, quería entregarme a la crianza, a esta imagen en mi cabeza de cómo “debía” ser una mamá: dedicada en cuerpo y alma a su cría, día y noche. Dos años más tarde, poco después del nacimiento de mi segunda nena, necesité regresar a trabajar para pagar mi terapia. 

Recuerdo mis dos embarazos con mucha añoranza, todas y todos estaban pendientes de mí, me preguntaban cómo estaba, cómo me sentía, me cuidaban de no hacer esfuerzos, de no hacer corajes, como si me fuera a romper… y sí me rompí, pero me rompí después. 

Cuando “la dulce espera terminó” y empezó la lucha, la lucha por defender mi lactancia del pediatra que me dijo que no la iba a llenar con mi leche y debía darle fórmula, la lucha por la licencia de paternidad de mi esposo que nunca se logró, la lucha por encontrar vacunas, la lucha por sobrevivir a una pandemia con una recién nacida en brazos. Me rompí también cuando entendí que todo lo que hiciera o no hiciera determinaría la persona en la que mi hija se convertiría, que cada decisión que tomábamos como papás afectaría su salud y bienestar físico y emocional de por vida.

Cuando las peleas por ponerme de acuerdo con mi esposo o repartir responsabilidades parecían no tener fin, cuando me venció la soledad y el cansancio físico y mental, cuando fingía que las críticas y juicios constantes no me afectaban, cuando atravesé dificultades económicas, cuando en mi segundo puerperio mi mente me jugó en contra y pensé que me estaba volviendo loca y quería lastimarme y salir huyendo, pero luego descubrí que eso era la famosa depresión postparto. Cuando llegó la mastitis, cuando enfrenté mis propias heridas de infancia y las tuve que sanar para poder ejercer una crianza cariñosa y sensible, cuando enfrenté los retos de la crianza cariñosa y sensible porque admitámoslo, es hermoso criar así, pero es en verdad extenuante y sumamente retador negociar todo el tiempo, explicar, tolerar, ser creativo, paciente, resiliente y bloquear nuestros propios impulsos de gritar, llorar o pegar.

No pretendo ni por un momento que mi experiencia refleje la realidad e interseccionalidades de las mamás y papás mexiquenses, ni que el privilegio nuble mi visión de las problemáticas que enfrentan más de la mitad de los 1.5 millones de niñas y niños y sus familias viven en condición de pobreza, simplemente quise abrir mi corazón para compartirles mi experiencia.

Pero entonces, ¿Qué queremos las mamás y papás mexiquenses del gobierno entrante? La respuesta me viene muy rápido a la cabeza, lo queremos todo.

Queremos que la próxima Gobernadora del Estado de México garantice todos y cada uno de los derechos de nuestras hijas e hijos, que se comprometan no sólo para dar asistencia social, sino desde un enfoque de derechos, empezando por las 10 metas del Pacto por la Primera Infancia.

Que nos volteen a ver para dejar de sentir que estamos solas y solos, queremos dejar de luchar.

También necesitamos herramientas para no disciplinar con métodos violentos, queremos habilidades para prevenir el abuso sexual en nuestros hijos e hijas y dotarles a ellos y ellas de estas herramientas también.

Queremos trabajar, pero también necesitamos licencias ampliadas de maternidad y paternidad, así como leyes que nos permitan estar más tiempo con nuestras hijas e hijos.

Queremos dejar de sufrir violencia obstétrica, queremos doctoras y doctores proparto, que respeten nuestras decisiones, que sepan de lactancia materna para que puedan acompañarnos y asesorarnos.

Queremos guarderías o centros de cuidado donde no separen a los niños y niñas que utilizan el servicio “gratuitamente” como parte de su seguridad social, de los que sí pueden pagar una cuota mensual, como si hubiera personas de primera o de segunda.

Queremos museos, bibliotecas y muchas más actividades lúdicas y recreativas pensadas para primera infancia y que los parques que ya existen en el estado estén limpios.

Queremos que la terapia, las consultas con especialistas, vacunas o tamices no sean solo para aquellos que pueden pagarlo.

Que la estimulación temprana, una alimentación sana, un parto o cesárea humanizada no sean un lujo.

Que la información para mamás y papás, así como la educación de calidad para nuestros hijos e hijas no sea un privilegio.

La lista podría seguir y seguir, sentimos constantemente que se nos exige y juzga muchísimo, pero se nos acompaña y apoya muy poco, que los derechos de nuestras hijas e hijos son constantemente violentados y poco garantizados.

Creo que no importa a quién le preguntes, me atrevo a asegurar que todas las mamás y papás queremos lo mismo: hijos e hijas sanos, plenos, seguros y felices. Necesitamos más de nuestros y nuestras gobernantes.

Quiero terminar recordándole a las candidatas a la Gubernatura del Estado de México, Alejandra del Moral y Delfina Gómez, que las niñas y niños no votan, pero sus mamás y papás ¡Sí!

*Samara Pérez es Coordinadora de Operación y Logística del Pacto por la Primera Infancia | @Pacto1aInfancia

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