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Primera Infancia y covid: el mito de la inmunidad

La piedra de toque para la reapertura de los espacios educativos es reconocer el nivel de riesgo de infección y transmisión del virus SARS-CoV-2 en las niñas, niños y adolescentes. Si bien es cierto que se identifica una baja incidencia en este grupo poblacional en contraste con otros grupos, de ninguna manera significa que son inmunes o de que no corran riesgos.
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Ante la cercanía del regreso presencial a las escuelas anunciado por el presidente y la autoridad educativa bajo la premisa “llueve, truene o relampaguee”, se ha suscitado un interesante debate en cuanto a la pertinencia del proceso de reapertura escolar: por una parte, los argumentos sobre la urgencia de detener el enorme costo en términos de pérdida de aprendizajes y convivencia social, deterioro de la salud mental y abandono escolar de las niñas y niños, y por otro lado las debilidades de protocolos que reduzcan los riesgos sanitarios y brinden certeza para un regreso seguro a las aulas que garantice el derecho a la educación.

En este sentido, la piedra de toque para la reapertura de los espacios educativos es reconocer el nivel de riesgo de infección y transmisión del virus SARS-CoV-2 en las niñas, niños y adolescentes. Si bien es cierto que se identifica una baja incidencia en este grupo poblacional en contraste con otros grupos, de ninguna manera significa que son inmunes o de que no corran riesgos.

Contrario a la narrativa gubernamental, en el mundo sí existe evidencia de pandemia por COVID-19 en menores de edad y en el caso de nuestro país los datos -por cierto, de fuentes oficiales- dan cuenta de ello. De acuerdo a información de la Secretaría de Salud dada a conocer por el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), de los 84 casos de contagios en menores de edad registrados al 12 de abril del 2020 se ha llegado a un acumulado de 63 mil 182 casos al 15 de agosto de 2021.1

Es importante destacar que las cifras de los contagios acumulados al periodo corresponden exclusivamente a los casos positivos confirmados por laboratorio, al no considerar los casos confirmados por asociación clínica, de tal manera que estos datos alarmantes por sí mismos, significan un subregistro que no da cuenta de la cifra real de contagios en niñas, niños y adolescentes.

Además, se advierte que en las últimas semanas se ha incrementado de manera importante el ritmo de nuevos casos de contagio. La tendencia indica que, en mes y medio, del 30 de junio al 15 de agosto se han incrementado los casos en un 17.5% con 9 mil 428 casos nuevos, al pasar de 53 mil 754 a los 63 mil 182 casos. Es decir, en promedio se han registrado 205 casos nuevos al día en el periodo.

Por otra parte, al analizar el número de contagios acumulados por grupo de edad, se identifica que el 18.6 % con 11 mil 746 casos corresponden a la población en primera infancia, el 23.9 % con 15 mil 97 casos son de niños de entre 6 y 11 años y el 57.5 % con 36 mil 339 casos corresponden a adolescentes. Es decir, la primera infancia registra la menor tasa de contagios entre la población de 0 a 17 años y la mayor recae en los adolescentes al concentrar casi 6 de cada 10 contagios.

La identificación de las entidades con el mayor número de contagios en la población menor de 18 años, coloca a la Ciudad de México en primer lugar con 16 mil 238 casos, por lo que concentra el 25% del total de los casos: uno de cada 4 contagios ocurre en la capital del país. Le siguen Tabasco con 6 mil 708, Guanajuato con 5 mil 446, Estado de México con 4 mil 666 y Nuevo León con 3 mil 221.

Por otra parte, en cuanto al desafortunado número de defunciones por el virus, se reportan 623 fallecidos menores de edad. Sin embargo, al desagregar los datos por grupo etario, se identifica que el 55 % corresponde a niñas y niños de 0 a 5 años con 343 fallecidos, el 14 % a infantes de entre 6 y 11 años con 89 defunciones y el restante 31 % a menores de entre 12 y 17 años con 191 muertos.

Es decir, la primera infancia tiene una menor proporción en los casos de contagio, pero con la mayor tasa de letalidad: casi 6 de cada 10 fallecimientos por COVID en niñas, niños y adolescentes tiene como víctimas a los menores de 5 años.

Más aún, el COVID-19 es todavía más letal en los niños más pequeños: 273 tenían un año de edad o menos, lo que implica lamentablemente que 4 de cada 10 (43 %) niños, niñas y adolescentes fallecidos a causa del virus SARS-CoV-2 tenían ese rango de edad.

En cuanto a las 5 entidades federativas que concentran el 40% de las víctimas mortales de niñas y niños en primera infancia por COVID, la encabeza el Estado de México con 55 decesos, seguido de Oaxaca con 24, Nuevo León con 21, Puebla con 20 y la Ciudad de México con 18.

Ante este catastrófico escenario, es impostergable que las autoridades educativas y de salud, a nivel federal y estatal, refuercen la estrategia y coordinación que asegure efectivamente la protección de las niñas y niños del país, porque de otra manera se cierne con mayor fuerza la amenaza de perder a una generación y con ello la aspiración de un mejor país.

1 Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes. “COVID-19 Niñas, Niños y Adolescentes”. Datos al 15 de agosto de 2021. Disponible aquí.

*Alberto Sotomayor es coordinador de Investigación del Pacto por la Primera Infancia.

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