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Pérdidas de oro líquido: transportación de leche materna en aeropuertos

Mujeres que deciden amamantar, se esfuerzan en hacerlo, se reincorporan a la fuerza laboral y tienen necesidad de viajar, se ven obligadas a tirar su leche materna porque en los aeropuertos no se las permiten pasar si no traen a su bebé con ellas.

Cuando hablamos de la extracción de leche materna podemos pensar en todo el esfuerzo, amor y compromiso que esto implica: una madre decide alimentar a su hijo o hija con este fluido vivo e inteligente, el cual se adapta en cada toma a las necesidades específicas de su bebé. Una madre informada sobre los beneficios de la leche materna y que no puede alimentar de forma directa, invierte tiempo, esfuerzo y recursos en extraer y conservar su leche en óptimas condiciones para dársela a su pequeño. Una madre que decide revertir las estadísticas que indican que sólo 1 de cada 10 mujeres que trabaja fuera de casa continúa la lactancia al reincorporarse al trabajo. Lo que nunca pensaríamos es que esas mamás son obligadas a tirar su leche.

Sí, tal como lo lees. Mujeres que deciden amamantar, se esfuerzan en hacerlo, se reincorporan a la fuerza laboral y tienen necesidad de viajar, pero que se ven orilladas a deshacerse de aquello que tanta falta les hará a sus bebés: su alimento. Dalila, Marcela y Carolina son tres mujeres que quizá nunca lleguen a conocerse, pero que comparten mucho en común: las tres son madres que amamantan, las tres tienen necesidad de viajar sin su bebé, y las tres saben la frustración que les embarga cuando al llegar al punto de revisión de un aeropuerto les dicen que si no traen a su bebé con ellas, no pueden pasar la leche materna.

Estos son algunos de los múltiples casos que atendemos en Infancia Plena, una asociación civil dedicada a la protección de la lactancia materna como derecho humano, y que está adherida al Pacto por la Primera Infancia, colectivo integrado por más de 480 organizaciones cuya meta está enfocada en aumentar el porcentaje de niños y niñas alimentados exclusivamente con leche materna los primeros 6 meses de vida. Trabajamos temas de lo cotidiano para las infancias, llevados a la política pública de manera profesional, porque lo personal es político.

El hecho de que se incremente el número de mujeres que se ven atrapadas en esta inevitable decisión de tirar su leche para poder abordar un avión, por un lado, nos muestra la tendencia de incremento en los índices de mujeres que deciden alimentar a sus hijos con leche materna y, por el otro, hace evidente lo mucho que nos falta recorrer en el camino de las políticas públicas con enfoque de derechos de la niñez. Quizá, un paso más atrás: la necesidad de seguir impulsando el reconocimiento de la lactancia materna como un derecho humano de los niños, niñas y sus madres.

Imagínate lo que representa tirar por la coladera más de 50 oz de oro líquido, nombre con el que se le conoce a la leche materna por su inigualable composición, e imagínate lo que representa para un niño o niña que es alimentado exclusivamente con leche materna, que su alimento no llegue a su destino. Necesitamos dimensionar la magnitud de este problema de salud pública y realizar acciones inmediatas para resolverlo. No es algo que deba hacerse a la ligera. No es una chiflazón de un grupo de madres “modernas”, como suelen llamarnos: es un tema de derechos humanos que debe resolverse bajo el principio del interés superior de la niñez. No estamos dispuestas a permitir que el respeto a los derechos de las niñas y niños siga siendo optativo, exigimos su garantía.

El caso más reciente es el de Carolina, una mamá que reunió las extracciones de cerca de una semana para su bebé de tres meses. Ella viajaba hacia Mérida y ante la desesperación de saber que su banco de leche corría riesgo, realizó una publicación en redes, buscando ayuda. Su desesperación se escucha, se leía en su rostro, asombrada de haber sido tratada como si deseara transportar mercancía ilícita, cuando lo único que deseaba era llevar alimento para su bebé.

¿Cuál es la razón de estos lamentables acontecimientos? No se trata sólo del criterio particular de ciertas aerolíneas, o la desinformación de las personas que se encuentran en el filtro de seguridad; la raíz del problema, principalmente, radica en la falta de sustento jurídico que permita garantizar el traslado seguro de la leche materna, aunado a la debilitada cultura de la lactancia que nos impide que esta sea valorada como debería.

Esta revisión sistémica de la situación nos llevó a impulsar una iniciativa de reforma de ley a la Ley de Aviación Civil, la cual nos permita, en primer lugar, sustentar el derecho que tienen las mujeres a trasladar la leche materna de forma segura, con o sin bebé abordo. Una vez que esta reforma sea realizada, podremos tocar la puerta de la Agencia Federal de Aviación Civil con la finalidad de impulsar una actualización a la circular obligatoria que define los procesos de traslado de alimentos para bebés, siendo estas las principales áreas de oportunidad: definir que no es necesario que el bebé vaya a bordo y que se establezca claramente cuál será el criterio de “volumen excesivo” para el particular caso de la leche materna.

Por supuesto que después de eso, necesitaremos un mecanismo de difusión de información, incluir este protocolo en los lineamientos que las personas pasajeras reciben al comprar sus boletos, incluir la capacitación al personal de las aerolíneas y establecer un canal de denuncia.

Este trabajo colaborativo tiene como respaldo muchas horas de estudio, muchas voluntades que se suman a que las cosas sucedan, muchas voces de mujeres que con lágrimas en los ojos vieron su leche correr por la coladera sin recibir un gramo de empatía, muchas infancias que no recibieron el suficiente alimento.

El camino hacia la protección de la lactancia materna como derecho humano en los vuelos comerciales, no es corto ni sencillo, pero sí necesario de transitar. Por ello, hemos comenzado y necesitamos más personas aliadas para llegar más lejos, con un principal objetivo: garantizar que ninguna mujer que decide amamantar tenga que tirar una sola onza de leche materna.

Recuerda que amamantar en todo lugar y momento, bajo las mejores condiciones, es tu derecho, trasladar la leche materna de forma segura, también. Si has sido víctima de este tipo de violencia, te animo a que nos contactes a través de Infancia Plena, para documentar tu caso. Hagamos visible aquello que no queremos que se quede en un mal recuerdo, nombremos todas y cada una de las violencias que vivimos las mujeres que amamantamos, conozcamos y difundamos nuestros derechos y los de nuestros hijos e hijas.

Exhortamos a las y los legisladores, a las autoridades correspondientes y a todas aquellas personas que pueden sumarse, a hacer la diferencia para que cada gota de leche materna extraída llegue a su destino.

*Mariana Villalobos es Presidenta de Infancia Plena A. C.

Contacto

Pacto por la Primera Infancia

Envíanos un mensaje y nos pondremos en contacto contigo muy pronto:

contacto@pactoprimerainfancia.org.mx

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