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Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia en las entidades federativas: sí, sí les toca

Hoy en México contamos con una Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia, creada por mandato constitucional.

Los primeros años de vida de las personas representan un periodo de máxima oportunidad, pero también de mayor vulnerabilidad. Lo que hagamos o dejemos de hacer por ellos en estos primeros años, va a impactar de forma determinante su vida presente y futura. Del contexto y las oportunidades que tenemos en la primera infancia dependerán nuestros alcances en términos de salud, autocuidado, capacidad de aprender, de escolaridad, productividad e, incluso, solidaridad, empatía y sociabilidad. No lo digo yo, lo dice la ciencia.

Cuando pensamos en los principales problemas que enfrenta el país, rápidamente podemos relacionarlos con algo que se hizo mal para alguien en los primeros años de vida. Es por ello que no dejaremos de insistir que garantizar los derechos de las niñas y niños, desde que nacen y hasta que cumplen 6 años, debe ser un asunto de la más alta prioridad en la agenda pública nacional y dejar de lado la mirada asistencial o del ámbito doméstico que se tiene hacia las y los bebés.

Hoy en México contamos con una Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia, creada por mandato constitucional en la reforma educativa presentara por el Poder Ejecutivo en 2019. Esta estrategia, también publicada en el Diario Oficial de la Federación, define los objetivos, estrategias y acciones que deben realizar las diferentes instituciones públicas para proveer los bienes y servicios a los que deben tener acceso las niñas y los niños en primera infancia, en materia de salud y nutrición, educación y cuidados, protección y bienestar. Todos estos bienes y servicios están contenidos en la llamada Ruta Integral de Atenciones, la cual fue diseñada teniendo como referencia al Marco Conceptual del Cuidado Cariñoso y Sensible, desarrollado por la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidades para la Infancia (UNICEF). Improvisada, no es.

Contar con este marco institucional es un gran avance; sin embargo, no podemos dejar de señalar que, sin voluntad política, sin programas que lo respalden y sin recursos, estas herramientas de política pública no pasan de ser buenos deseos, en el mejor de los casos. Lee aquí La Ruta Imaginaria.

Aunque esta responsabilidad les corresponde a todos los sectores y órdenes de gobierno, son los estados y municipios quienes deben y han tenido que retomar decididamente esta responsabilidad ante los cada vez más escasos programas y recursos en el gobierno federal para la atención de la primera infancia.

Actualmente son 17 estados de la República y más de 70 municipios los que se han sumado y están activos en la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia, a través de su modelo de implementación en territorio, coordinado por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, SIPINNA.

Este modelo promueve que las diversas dependencias, bajo la coordinación de las Secretarías Ejecutivas de los Sistemas de Protección Integral de Niñas y Niños en cada estado y cada municipio, realicen un diagnóstico de la situación de la primera infancia en ese territorio, que realicen una consulta directamente con las niñas y niños menores de 6 años para conocer qué es lo que ellas y ellos priorizan, que hagan un mapeo de la oferta de bienes y servicios a los que efectivamente tienen acceso las niñas y niños en ese territorio y que, con base en esa información, los servidores públicos, prioricen y organicen sus acciones para avanzar progresivamente en garantizar los bienes y servicios que completan esta Ruta Integral de Atenciones.  Aquí hay una voluntad política palpable y creciente de los gobiernos de los estados de Campeche, Chiapas, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Yucatán y Zacatecas.

Más estados se habían sumado al modelo que dio inicio desde 2021, pero han suspendido actividades por haber tenido cambios de gobierno local. Es comprensible que en una transición política se reordenen las prioridades, lo que NO es comprensible ni justificable es que en estas nuevas prioridades no se considere a la primera infancia. Invitamos respetuosamente a los gobiernos que tuvieron, tienen o tendrán transiciones administrativas a que retomen este esfuerzo y que se esmeren en proveer los bienes y servicios que requieren las niñas y niños en sus estados de forma integral, priorizada y articulada. Las niñas y los niños no tienen por qué pagar las consecuencias de las diferencias políticas entre antecesores y sucesores.

Mención especial y preocupante tiene la Ciudad de México. En el lanzamiento del Modelo de Implementación Territorial de esta Estrategia Nacional en 2021, el Sistema de Protección Integral de Niñas y Niños de la Ciudad de México que, de acuerdo a su propia Ley, es encabezado por la Dra. Claudia Sheinbaum, tuvo un desempeño sobresaliente, al grado de haberse colocado como ejemplo para las demás entidades de la República por su eficacia en la gestión.

Hoy el SIPINNA de la Ciudad de México, cuya Secretaría Ejecutiva recae en la Directora General del Sistema DIF, no ha tenido ninguna sesión desde hace más de dos años. Esto, además de estar incumpliendo los preceptos de la Ley de Derechos de Niñas y Niños de la Ciudad, ha paralizado la agenda de integralidad en la garantía de derechos de la niñez y adolescencia, ha cancelado el diálogo con las organizaciones de la Sociedad Civil que integran el Sistema y ha relegado los trabajos de la implementación de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia.

También están los estados que ni antes ni ahora se han sumado a la Estrategia Nacional, no se entiende qué asunto puede ser más importante que garantizar el desarrollo del potencial de toda una generación.

En nuestro país los tiempos son políticos, permanentemente, esto implica que quienes nos gobiernan o aspiran a gobernarnos requieren contar con nuestro apoyo ciudadano también de forma permanente. Tú, amiga o amigo lector, tienes ese poder ciudadano permanentemente. Úsalo.

Si tan solo quienes nos gobiernan o aspiran a gobernarnos pusieran en prioridad la garantía de los derechos de las niñas y los niños, con énfasis en la primera infancia, en una generación estaríamos impactando de forma contundente en los indicadores que más nos preocupan.

*Magdalena de Luna es Coordinadora Nacional de Operación Territorial del Pacto por la Primera Infancia

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