¿Sabías que en México el dengue continúa siendo una de las enfermedades más comunes transmitidas por mosquitos? Solo en 2025, hasta la semana 39, se han registrado más de 11,023 casos en total, frente a los 70,516 casos reportados en 2024, lo que representa una reducción del 84%. Las entidades con mayor concentración de casos confirmados son Veracruz, Jalisco, Sonora, Michoacán y Guanajuato, que en conjunto representan el 53% del total nacional (SINAVE, 2025).
Aunque en 2025 hay una fuerte reducción en el número total de casos de dengue, la proporción de personas fallecidas con relación a los casos confirmados aumentó. Mientras que en 2024 se registraron 172 defunciones (letalidad de 0.57%), en 2025 se contabilizan 48 defunciones (letalidad de 0.91%). De ahí la importancia de reforzar la detección temprana y la atención oportuna, pues a pesar de la reducción en los contagios y defunciones, el riesgo sigue latente, sobre todo para niñas, niños y mujeres embarazadas, quienes son más vulnerables a las complicaciones asociadas con la enfermedad.

El dengue es causado por un virus que se transmite a través de la picadura de mosquito. Aunque el principal agente transmisor de dengue es el Aedes Aegypti, también lo hace en México el Aedes Albopictus. Ambos mosquitos depositan sus huevos en agua limpia y estancada, en recipientes comunes como cubetas, floreros, macetas, bebederos, llantas o tapas de botellas. Por ello, mantener los patios limpios y eliminar criaderos sigue siendo la medida más efectiva para prevenir el dengue (OPS/OMS, 2024). Es importante destacar que el dengue no se contagia de persona a persona.
Pero, ¿cómo identificar la enfermedad? ¿Cuáles son sus síntomas? La enfermedad puede parecer, al inicio, una gripe fuerte: fiebre alta, dolor de cabeza, cansancio extremo, dolor de huesos y músculos, sarpullido o molestias detrás de los ojos. Por eso al dengue también se le llama “fiebre quebrantahuesos”; sin embargo, en casos graves puede causar hemorragias, dificultad para respirar y complicaciones en órganos vitales (OPS, 2024).
Incidencia del dengue en la infancia y adolescencia

En 2025, los datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE/DGE/SALUD) muestran que el número de contagios continúa siendo elevado en la niñez en general. Los casos aumentan a partir de los 5 años, alcanzando su punto más alto en el grupo de 10 a 14 años, el cual concentra el mayor número de casos a nivel nacional, con picos de alrededor de 800 casos de dengue no grave y 900 casos de dengue con signos de alarma o grave, respectivamente. Los casos registrados en niñas, niños y adolescentes evidencian una mayor exposición al mosquito transmisor en etapas escolares; por ello, resulta fundamental reforzar las acciones de prevención en este grupo etario.
En los menores de 5 años —particularmente en los grupos de menores de 1 año y de 1 a 4 años— se registran casos de dengue, aunque en una proporción menor en comparación con los grupos escolares y adolescentes. Si bien el número de contagios en la primera infancia es bajo, su relevancia radica en la alta vulnerabilidad biológica de estas edades.
Aunque la mayor carga de casos de dengue se concentra en la población de 5 a 19 años, los menores de 5 años requieren atención prioritaria, ya que su sistema inmunológico aún está en desarrollo, la fiebre puede derivar con mayor rapidez en complicaciones como convulsiones o deshidratación, y el diagnóstico resulta más complejo porque en bebés y niños pequeños los síntomas no siempre se manifiestan con claridad. Detectar y tratar a tiempo en este grupo es clave para salvar vidas y reducir secuelas a largo plazo.
Proteger a la niñez requiere del involucramiento activo de las familias. Reconocer los primeros síntomas y acudir de inmediato a los servicios de salud puede marcar la diferencia entre un caso leve y una complicación grave. Además, cuidar que niñas y niños enfermos no sean picados nuevamente por moscos evita que se conviertan en fuente de transmisión hacia otros.
Las mujeres embarazadas también requieren cuidados especiales. El dengue puede complicar el embarazo y aumentar el riesgo de problemas en la salud de la madre y del bebé. Por eso, la prevención en este grupo debe ser aún más rigurosa y acompañada por revisiones médicas frecuentes (OMS, 2009; OPS, 2012).
La mejor forma de protegernos es evitar que el mosquito se reproduzca. Eso significa mantener limpios los espacios donde vivimos, trabajamos y estudiamos. Tapar recipientes de agua, tirar botellas o neumáticos viejos, lavar constantemente tinacos y bebederos de animales, y cortar el pasto son acciones que reducen los criaderos.
En casa y en la escuela podemos reforzar los cuidados usando mosquiteros en ventanas y camas, aplicando repelente de forma adecuada y vistiendo ropa clara que cubra brazos y piernas. En niñas y niños, se recomienda aplicar el repelente primero en las manos del adulto y después extenderlo suavemente en la piel del menor.
Si aparecen síntomas como fiebre alta, dolor abdominal fuerte, vómito persistente o sangrado, es fundamental acudir de inmediato al centro de salud. El dengue no tiene un medicamento específico, por lo que el tratamiento se centra en la hidratación, el reposo y la vigilancia médica. Nunca debemos automedicarnos, especialmente en el caso de niñas, niños y mujeres embarazadas.
El dengue es prevenible si todas y todos nos involucramos: familias, escuelas, gobiernos y sociedad. Mantener a raya al mosquito es un reto compartido que podemos ganar con pequeñas acciones de cuidado cotidiano.
Fuentes consultadas
Secretaría de Salud. Dirección General de Epidemiología. Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Dengue, México, 2025.
https://www.gob.mx/salud/documentos/panorama-epidemiologico-de-dengue-2025
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2009). Dengue: Guías para el diagnóstico, tratamiento, prevención y control. Ginebra: OMS.
https://www.paho.org/es/documentos/dengue-guias-para-diagnostico-tratamiento-prevencion-control-2009
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2023). Dengue and severe dengue.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dengue-and-severe-dengue
Organización Panamericana de la Salud (OPS). (2012). Dengue: Guías para el manejo de casos en la Región de las Américas. Washington, D.C.: OPS.
https://www.paho.org/es/documentos/dengue-guias-para-atencion-enfermos-region-americas-2a-edicion
Organización Panamericana de la Salud (OPS). (2024). Guía práctica para la atención clínica del dengue.
https://www.paho.org/es/documentos/actualizacion-epidemiologica-aumento-casos-dengue-region-americas-29-marzo-2024
Organización Panamericana de la Salud (OPS). (2023). Actualización epidemiológica: Dengue y otros arbovirus en las Américas.
https://acortar.link/hZ8rCu
Organización Mundial de la Salud. (2023, 21 de diciembre). Dengue: situación mundial
https://www.who.int/es/emergencies/disease-outbreak-news/item/2023-DON498
Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud. (s. f.). Dengue: síntomas, prevención y tratamientos
https://www.paho.org/es/temas/dengue
Epidemiología de la infección pediátrica por el virus del dengue: escenario de un hospital de tercer nivel en Bangladesh
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1876034125000334
Dengue. Hoja informativa. Organización Panamericana de la Salud
https://www.paho.org/es/temas/dengue
Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Manejo del dengue en bebés. Recuperado de https://www.cdc.gov/dengue/es/treatment/tratamiento-del-dengue-en-bebes.html