Día Internacional de la Niña: “Las niñas pueden ser lo que quieran ser”

El 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, una fecha para recordar que millones de niñas crecen sin acceso a sus derechos a la supervivencia, desarrollo y protección, pero también es un día para celebrar su fuerza, su talento y su voz.

En México, este año la fecha tiene un eco especial. Por primera vez en la historia del país, una mujer encabeza la Presidencia de la República, y su sola presencia envía un mensaje poderoso a todas las niñas: “sí se puede”. Durante la firma del Pacto por la Primera Infancia, celebrado el 22 de abril de 2024, en el Papalote Museo del Niño, aún siendo candidata, la Presidenta Claudia Sheinbaum se dirigió a las niñas y los niños en primera infancia, y les dijo: “Las niñas podemos ser lo que queramos ser, podemos ser ingenieras, podemos ser bomberas, podemos ser policías, podemos ser diputadas, senadoras, científicas y Presidentas de la República”.

Esta frase, aunque parece sencilla, está cargada de historia. Porque detrás de ella hay millones de niñas que durante generaciones han escuchado lo contrario. Frases que limitan su potencial, reducen su valor a la apariencia o docilidad, u otras que normalizan la desigualdad, lo que, al final, limita sus aspiraciones: “Eso no es para niñas”, “No seas tan mandona”, “¿Para qué estudias tanto, si te vas a casar?”, o la recurrente “Calladita te ves más bonita”.

Ser niña, en cualquier parte del mundo, todavía implica enfrentar riesgos que deberían ser impensables: como la mutilación genital femenina, que en muchos casos ocurre antes de los 5 años, o las 12 millones de niñas que son obligadas a casarse cada año antes de cumplir los 18 (UNICEF, 2023), mientras millones más sufren violencia, trabajo forzado o negación de su derecho a la educación. Mientras una sola niña crezca sin protección o sin oportunidades, el mundo entero tendrá una deuda con la infancia.

Ante este desolador panorama, el 19 de diciembre del 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas, instauró el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, mediante la Resolución 66/170 reconoció que: “El empoderamiento de las niñas y la inversión en ellas […] son fundamentales para el crecimiento económico, el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio […] y para romper el ciclo de discriminación y violencia”, (ONU, 2011).

En los últimos 30 años, ha habido avances importantes, datos de la UNESCO señalan que casi 91 millones más de niñas asisten a la escuela primaria; 136 millones más cursan la secundaria; y la matrícula de mujeres en educación superior se triplicó hasta alcanzar los 139 millones. “Sin embargo, 133 millones de niñas en todo el mundo siguen sin escolarizar debido a la falta de financiación, a la persistencia de los sesgos de género o incluso a políticas retrógradas”, señaló Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO.

“Invertir en hacer realidad el poder de las niñas es defender hoy sus derechos y prometer un futuro más equitativo y próspero, en el que la mitad de la humanidad participa en pie de igualdad en la resolución de los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades y la sostenibilidad mundial”, apunta la UNESCO.

Que ninguna niña en México tenga que dejar de soñar
En el país viven 12.3 millones de niñas y niños menores de 6 años, de los cuales 6 millones son niñas (49.1%). Durante la primera infancia no se observan diferencias en la prevalencia de pobreza entre niñas y niños o en indicadores de acceso a servicios. Sin embargo, estas brechas comienzan a ampliarse conforme avanza la edad. A continuación, presento algunos datos generales sobre la situación de la primera infancia en México, con especial atención a las niñas y las condiciones que determinan su bienestar y desarrollo integral.

3.9 millones de niñas y niños menores de 6 años viven en situación de pobreza, la cual no es solo falta de ingresos: en muchas ocasiones es la imposibilidad de acceder a agua limpia, alimentos nutritivos, una casa segura o atención médica.

3.5 millones de niñas y niños no cuentan con acceso a servicios de salud, por lo que no hay consultas médicas regulares, o las vacunas necesarias, ni atención durante el embarazo o el parto para sus madres. Si una niña enferma, su familia debe pagar o improvisar, y las secuelas pueden ser permanentes en su desarrollo físico y cognitivo.

975 mil menores de 5 años tienen anemia, lo que afecta la oxigenación del cerebro y los músculos. Una niña con anemia tiene menos energía, menos capacidad de atención y menor rendimiento escolar. Es una enfermedad de la desigualdad.

5.9 millones de menores de 3 años no reciben educación inicial que no es solo una “escuela para jugar”: es el espacio donde las niñas desarrollan lenguaje, empatía y autocontrol. No acceder a ella es perder el periodo más fértil para aprender y establecer vínculos positivos.

La Presidenta Claudia Sheinbaum lo dijo con sencillez y certeza: “Los niños y las niñas, particularmente desde la primera infancia, no son el futuro de México, son el presente. Si nosotros no atendemos, protegemos, cuidamos, nutrimos, alimentamos, les damos la posibilidad de jugar y de ser felices, después no tendremos los ciudadanos que necesita nuestro país”.

Proteger a las niñas hoy no es un gesto de buena voluntad ni de solidaridad, es una obligación moral y una inversión en el futuro común. Es tarea del Estado, encabezado por la Presidenta; de legisladores y legisladoras; de médicas, médicos, policías y docentes. Pero también de cada papá, mamá y persona cuidadora, de tíos, tías y familiares cercanos. De ti. De mí. De todas y todos.

*Coordinadora de Comunicación del Pacto por la Primera Infancia.

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