Las vacunas constituyen un pilar fundamental de la medicina preventiva. Son consideradas por la Organización Mundial de la Salud una política de gran efectividad en la salud pública, ya que han permitido una disminución importante en la morbilidad y mortalidad infantil. 1 Brindan protección contra padecimientos, discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles. Si duda, no existe intervención sanitaria preventiva más costo efectiva que la vacunación: en consecuencia no hay mejor inversión pública que las vacunas.
Sin embargo, la pandemia del COVID-19 amenaza con revertir el progreso alcanzado por décadas, al identificarse una alarmante disminución en el número de niños vacunados sin precedentes en los últimos 30 años y el evidente riesgo de ocurrencia de brotes de enfermedades prevenibles por vacunación, lo cual constituye una alerta roja sobre la salud infantil. 2
En nuestro país, el Programa de Vacunación, otrora política motivo de orgullo nacional, desafortunadamente hace tiempo que ha dejado ser un referente mundial en materia de inmunización. De hecho, de manera previa a la irrupción de la pandemia, mostraba ya un mal desempeño y una baja efectividad, por lo que la emergencia sanitaria sólo agudizó y exhibió un problema preexistente. De acuerdo a la ENSANUT, la cobertura de vacunación en niños de 1 año se desplomó 54 puntos porcentuales del 2012 al 2018, además en su edición más reciente refleja una situación crítica que implica una violación al derecho a la salud: menos del 30% de niñas y niños menores de 1 año cuentan con el esquema completo de vacunación. 3
Entre las múltiples causalidades del deterioro del programa de vacunación que lo aleja cada vez más del compromiso nacional e internacional de alcanzar y mantener el 95% de cobertura para cada biológico y del 90% en el esquema completo en niñas y niños de 1 año, destaca la baja inversión que hace el país en materia de inmunización. En los últimos años ha tenido una asignación presupuestal reducida e inercial que ha ido minando progresivamente sus capacidades de toda índole, además de caracterizarse por un ejercicio ineficiente.
En 2022 a causa de la pandemia, el presupuesto del programa se incrementó de manera excepcional para adquirir las vacunas contra el COVID en más de 14 veces, pasó de $2 mil 153 millones en 2021 a $30 mil 314 millones, de los cuales $12 mil 107 millones se asignaron en el Anexo Transversal para la atención de niñas, niños y adolescentes y una tercera parte, $3 mil 686 millones para la Primera infancia.
Sin embargo, en el Proyecto de Presupuesto para el 2023 se contempla una escandalosa reducción del -54% con $16 mil 292 millones menos, al pasar de $30 mil 314 millones a $14 mil 022 millones; además, en la asignación en el Anexo 18 disminuye también un -54% con $6 mil 506 millones menos, al pasar de $12 mil 107 millones en 2022 a $5 mil 601 millones para 2023. En tanto que para los recursos identificados para la Primera Infancia la reducción también en la misma proporción con mil 980 millones menos, al pasar de $3 mil 686 millones en 2022 a mil 706 millones para 2023.
La baja previsión presupuestal del programa de vacunación para el siguiente año es criminal, deja de lado el enorme riesgo para la salud pública de contar con bajas coberturas de vacunación, por cierto las más endebles de la región, ni los rebrotes de enfermedades como el sarampión, tuberculosis o paperas. 4 Esta errada decisión presupuestal implica continuar con la violación sistemática al derecho a la salud de la Primera Infancia y que cientos de miles de niñas y niños sin inmunizar corran el riesgo de sufrir graves afectaciones a su salud, bienestar e incluso su vida.
Por si esto fuera poco, el programa presenta una grave ineficiencia en el ejercicio presupuestal, al advertirse al tercer trimestre del año, tanto un importante recorte de recursos, así como un elevado subejercicio en el gasto público. 5 Por una parte, en este año se le han quitado $863 millones de los recursos asignados al Anexo Transversal y por otra parte; de los $5 mil 583 millones fueron programados para ejercerse de enero a septiembre, únicamente se han ejercido mil 938 millones, lo que representa un elevado subejercicio del 83% con $3 mil 645 millones sin gastar.
Desafortunadamente después de varias sesiones maratónicas en la Cámara de Diputados de estéril discusión del Proyecto de Presupuesto de Egresos para el 2023, fue aprobado sin moverle un centavo, prevaleciendo un escenario en donde los argumentos cayeron en oídos sordos, muchos de los cuales fueron impulsados con evidencia y factibilidad financiera por el Pacto por la Primera Infancia. Pese a la imposición de la abulia y la estulticia de las mayorías parlamentarias, la brega de hacer de México el mejor país para nacer y crecer no se detiene.
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1 Organización Mundial de la Salud. Vacunas e inmunización. Disponible aquí.
2 Organización Mundial de la Salud. La pandemia de COVID-19 causa el mayor retroceso ininterrumpido de la vacunación en treinta años. OMS, julio 2022. Disponible aquí.
3 Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021. México, 2022. Disponible aquí.
4 Organización Mundial de la Salud. Panel de inmunización México. Casos notificados de enfermedades prevenibles por vacunación. Disponible aquí.5 Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Informes al Congreso de la Unión. Avance en Programas Transversales al 3º trimestre 2022. Disponible aquí.
